En Montegaredo nos sentimos cautivados por la Naturaleza. Admiramos su infinita sabiduría, y tratamos desde la parte humana respetar la tierra, sus ciclos, el ritmo vital de los viñedos, guardando un equilibrio entre lo natural y el factor humano.
El vino es para nosotros un ser vivo que debe llevarse en cuerpo y alma a la copa y en Montegaredo lo tenemos siempre presente.
Nuestros vinos transmiten el espíritu de la verdad de las tierras en la Ribera del Duero, es por ello que nuestro propósito es siempre conseguir lo más puro y esencial del entorno que nos rodea y hacer partícipe de esta riqueza a todo aquel que quiera disfrutar de estos grandes vinos.
Somos conscientes que la calidad de un vino es la combinación de la espontaneidad de la Naturaleza con un gran equipo humano y su vocación por la excelencia.
Desde Bodegas Montegaredo trabajamos con dedicación y esmero cada una de las labores, desde el trabajo de la tierra hasta el embotellado del vino. Cuidamos cada detalle dando “tiempo al tiempo”; todo cuenta en un vino, como en la vida.
En Bodegas y Viñedos Montegaredo vivimos el vino como un Arte, con amor y entusiasmo (del griego “En-Theos”, en Dios, guiados por la propia fuerza y sabiduría del entusiasmo, nuestra energía).
Tratamos de llegar al alma de las personas desde nuestros caldos sublimes, amplios, complejos.
Nos dejamos llevar por principios y emociones francas, dejando en el camino artificios y tendencias de mercado, fluyendo como los buenos vinos hacía la verdad... “In vino veritas” (en el vino está la verdad).