Los Viñedos Montegaredo están situados en pleno corazón de la Ribera del Duero, en los mejores parajes, orientación y altitud que la naturaleza nos ofrece. Somos conscientes del buen fruto con el que la naturaleza respalda nuestros vinos.
Los Viñedos Montegaredo están formados por 70 hectáreas de la variedad de uva tinta del país.
Uno de los mejores pagos para el cultivo de la viña es el situado en las laderas de la Cuesta Manvirgo (con una elevación de 940 metros de altitud) y que recibe el nombre de “Pago de Garedo”. Es este Pago el que ocupa casi la mitad de la superficie de los viñedos de la bodega, con 30 hectáreas. Además del Pago de Garedo (Montegaredo), existen otros Pagos situados también en zonas privilegiadas, como son los de Montaneros, Manvirgo, La Cuesta, Hoyo, Bombina, Picón, Fuente Casares, Corcos, Dehesilla, La Nogalera, Entanillas, Hornatejas, Bendiciones, Carrizos, Camino Real, El Valle, Carramonte, Casillas, El Pinar y “Pirámide”.
La altitud de los viñedos permite que el clima cobre un carácter templado, permitiendo que las uvas se desarrollen lentamente hasta su punto de madurez en suelos arcillosos y calcáreos.
Otro factor importante para la calidad de los viñedos es la amplitud térmica. Los viñedos Montegaredo se ven beneficiados por abundante sol durante el día y temperaturas frescas por la noche. Esta gran variación térmica facilita la formación de las sustancias aromáticas y ayuda a la fijación de pigmentos, responsables del color y desarrollo de los componentes que otorgan ese gran cuerpo y estructura a nuestros vinos, condiciones imprescindibles para que el vino tenga una curva larga de vida.
La poda de los viñedos también se realiza de forma manual. En Viñedos Montegaredo somos conscientes de que la poda en invierno de la vid es una de las acciones más importantes a realizar en el viñedo y definirá muchos aspectos de la futura campaña.
Durante el ciclo anual en nuestros viñedos realizamos diferentes podas para conseguir darle forma, mejorar la salud, el vigor y regular el viñedo, realizando también la poda en verde ( las fechas de poda dependerán del clima, la antigüedad de las cepas...); tenemos todos los factores en cuenta para conseguir una buena añada. De esta manera las producciones en Montegaredo son controladas y limitadas para la consecución de los mejores vinos.
Uno de los pilares fundamentales de los viñedos son nuestras “Viñas Viejas”, que con más de 70 años de antigüedad siguen atesorando y sorprendiéndonos en cada añada… y es que el tiempo en cada una de nuestras cepas cuenta, garantizando la calidad en nuestros vinos.
La tradición perpetúa la vida de estas “Viñas Viejas”, igual que lo hacían nuestros antepasados. Es aquí donde los viñedos de Montegaredo destacan en sus diferentes terroirs: “La sabiduría la da el tiempo, y Montegaredo, cuenta con ello”.
Los viñedos viejos suelen ofrecer racimos de uva con mayores concentraciones, entre otras cosas, de ázucar y polifenoles.
La tradición perpetúa la vida de estas ricas “Viñas Viejas” con sumo cuidado y esmero, igual que lo hacían nuestros antepasados. Es aquí donde Viñedos Montegaredo destaca en sus diferentes terroirs:
“la sabiduría la dá el tiempo, y Montegaredo, cuenta con ello.”